ACADEMIA | Del texto a la imagen: Otelo.
- Karla Angélica López
- 25 dic 2014
- 7 Min. de lectura
Actualizado: 30 ago 2019
Dirigido al Dr. John D. Sanderson, quien impartió el
Seminario de Shakespeare en el Cine, en IMNRC, abril de 2014.

La imagen como parte esencial del cine, representa un gran compendio de significados, tomando en cuenta que es de un texto del cual dicha imagen parte, y de que a las palabras se les puede brindar infinidad de significados. Recordemos lo que alguna vez dijo Deleuze:
“Hay imágenes. Las cosas mismas son imágenes, porque las imágenes no están en la mente o en el cerebro. Al contrario, el cerebro es una imagen entre otras. Y las imágenes no dejan de actuar y reaccionar unas entre otras, de producir y de consumir.” (Deleuze,Gilles)
El cine es, por tanto -y entre muchas cosas más-, un espectáculo de significados que recurre a la imagen como arma que apunta a la mente del espectador. Las imágenes hacen su labor por medio de las acciones en ellas: por la estructura de un set, el movimiento de cámara, los gestos de un personaje, o los colores que se emplean; una escena choca con otra para provocar reacción, y para producir una historia.
William Shakespeare es considerado el escritor más importante en la lengua inglesa; de su texto se sabe que posee una riqueza de vocabulario invaluable que ha hecho trascender su presencia en el ámbito de las artes, primordialmente[1]. Sus obras han sido representadas o modificadas a distintos entornos y encaminadas a diferentes objetivos, más que las obras de cualquier otro escritor.
“El lenguaje de Shakespeare tiende a ser denso, metafórico, lleno de palabras […], y sin embargo natural” (EMC Publishing). Es esa complejidad que comienza por lo natural, y que al intentar ser desmembrado para comprenderse vuelve a la complejidad, lo que ha permitido que las obras de Shakespeare representadas en cine, por ejemplo, puedan pasar por cualquier tipo de transformación, que aún se consideraría aceptable.
Menciona Méndiz que “la literatura hechiza al cine”; indica la similitud que alcanzan la literatura al cine, ya que son dos artes que trabajan temporalmente con las nociones del relato, ritmo y división secuencial. También coloca al cine como más narrativo que visual, debido precisamente al poder que una imagen tiene para contar una idea. Y por la parte de la forma expresiva en cuanto a las adaptaciones a cine, Méndiz recuerda que la novela puede ser leída a ratos, en cambio el cine es una experiencia que se ha de presenciar de forma continua, por tanto ha de pasar por una edición de texto, una congregación de significados, que en menos tiempo logre acercar con intensidad al espectador a la historia.
Adaptar una novela al cine requiere de escribir un guión y considerar las posibilidades que tiene la historia para trasladarse a otro entorno. Seger menciona que la adaptación “implica un proceso que supone repensar, reconceptualizar; y también, comprender que la naturaleza del drama es intrínsecamente diferente de la de cualquier otra forma literaria”. Llama “condensación” a una reducción de la historia en las formas posibles, para mantener la esencia de una novela en una película que funcione.
Durante el proceso de adaptación existen varios riesgos que hay que considerar tales como los elementos que no hay que descartar de la historia original, así como el giro que el cineasta dará a los elementos que la componen. La sensibilidad y la originalidad en este parte del proceso son importantes. Dussel propone un giro decolonial a partir de una reflexión profunda que aterrizará en los artistas y sus formas, y que llevará al tema principal a ser un objetivo social.
Llevar el texto a la imagen a partir de los estudios decoloniales, requiere de una ruptura del esquema -en este caso lo conocido sobre Shakespeare-, y así llevar aquel texto a un ámbito más personal para que se impregne de una razón propia, que transformará las ideas, las centrará en un plano más universal y posteriormente las proyectará con mayor eficacia al público.
En cuanto a cómo convertir el texto a la acción dramática, es Cook quien indica “que si un actor ejecuta una acción real y específica en cada pensamiento o frase, entonces, aunque el público sea capaz de identificar la técnica o la acción individual, el trabajo será tan preciso que mantendrá la atención del público todo el tiempo”. Y es que la acción dramática forma parte de la imagen; como también el vestuario, el entorno en la historia; los mensajes que se perciben con la vista.
Ya abordando al texto de Shakespeare, quisiera centrar mi atención en‘Otelo’, una tragedia escrita cerca del año 1603, la cual tiene una amplia temática que ha permitido a distintos cineastas crear un nuevo espacio alrededor de la misma historia, cambiando su estructura, la fuerza de sus personajes y por tanto el impacto transmitido al público. Algunos de estos cineastas fueron: Ugo Falena, con cortometraje silencioso en 1909; Orson Welles en 1952; Laurence Olivier en 1965; Oliver Parker en 1995 [2]
Abordaré la adaptación que realizó Orson Welles en 1952. The Tragedy of Othello: The Moor of Venice, está impregnada del drama que Welles podía brindarle a la historia de Shakespeare. El inicio de la película ofrece el ambiente lúgubre de las muertes de Desdémona y Otelo, y deja ver que Yago será castigado, situación que se conoce en el texto de Shakespeare hasta la última escena de la obra.
Welles, quien interpreta a Otelo, utiliza el lenguaje de Shakespeare, sin embargo añade los accidentes repetitivos que provocan las emociones sobre Otelo, llevando la historia a un espacio más humano.
La proxémica entre los personajes es un mensaje que se encierra en el texto, por ejemplo cuando Brabancio y Otelo hablan de lejos sobre cómo conquistó a su hija Desdémona, quien en ese momento se coloca junto a Otelo, lanzando un mensaje de unión, y después caminando hacia su padre para comunicar que lo dicho es cierto, volviendose a alejar de la escena. En el texto se encuentra la acotación:
BRABANCIO.- Oídme, os ruego. ¡Que ella confiese que recorrió la mitad del camino, y entonces que la destrucción caiga sobre mi cabeza si mi más fuerte censura se dirige contra este hombre! Venid acá, linda señorita. ¿Descubrís entre toda esta noble compañía a quién debéis sobre todo obediencia?
Igual sucede una vez que Yago ha hecho que Otelo comience a rechazar a Desdémona. En la escena cuarta del texto de Shakespeare, Otelo pide el pañuelo a Desdémona, y como ella no se lo da, él se retira enojado:
OTELO.- ¡El pañuelo!
DESDÉMONA.- En verdad, sois censurable.
OTELO.- ¡Atrás! (Sale.)
Mientras que en la película de Welles, Otelo le grita “Away, away… away!” y ella es quien se retira. De ahí en adelante Desdémona busca una manera de acercarse a Otelo, sin embargo él aparece lejano, tomas amplias en las que cada personaje aparece en distintos extremos del escenario.
Hay una toma en picado cerca de la media hora llevada la película de Welles, en la que aparece Desdémona en la parte alta del castillo, mientras Yago y Otelo están en la parte de abajo, llevando a la imagen el mensaje de las posturas de glorificación que debía darse a Desdémona por la inocencia de su figura que termina siendo acabada por el juego de pensamientos que hace Yago sobre Otelo.
Los escenarios incluyen castillos, barcos, el mar, y los interiores del castillo, en donde se juega con las sombras, el acomodo de los personajes y de la cámara, brindando distintas perspectivas que invitan a mantenerse cautivo la historia. La trayectoria que las tomas recorren, permiten proyectar la magnitud que Shakespeare pretendía transmitir:
DUX.- El turco navega rumbo a Chipre con poderosos preparativos. […] debéis resignaros a ensombrecer el resplandor de vuestra nueva fortuna con esta más porfiada y borrascosa expedición.
Los detalles sobre los objetos, tales como los espejos, las escaleras, el agua, las rejas tienen una gran profundidad de significado que provocan al pensamiento a través de toda la película.
Es en la conversación entre Otelo y Yago en el acto IV, cuando Otelo se desmaya luego de que Yago le dice que Desdémona estuvo con Casio. En el texto de Shakespeare, Otelo replica:
-¡Con ella! Eso es vergonzoso, Yago! ¡El pañuelo… confesión… el pañuelo…! ¡Confesión y horca! No, ahórcale primero y confesarlo después… horror me da el pensarlo. Horribles presagios turban mi mente.
Luego de otras tantas cosas que dice, cae desmayado. En la película, Welles utiliza el sonido las sombras de unos palos en la pared, y una cámara en movimiento descontrolado que finaliza con la explosión de un cañón que es lanzado, procede con la vista hacia el cielo y unos pájaros volando como imagen de ese presagio que no se expresa verbalmente.
En la última escena de la alcoba en el castillo, Welles aparece entre las sombras y a contraluz como señal de que Otelo ha sido cubierto por la oscuridad de sus pensamientos. Luego del asesinato de Desdémona, hay una conversación entre Otelo y Yago entre la que se interpone una reja al momento que Yago asegura que no dirá nada más sobre lo que provocó. Finalmente cuando Otelo está decidido a terminar con su vida, hay una toma a su sola cara entre las penumbras, desde la perspectiva en contrapicado, Otelo está ya enterrado antes de provocar su muerte.
A manera de conclusión, Welles resultó ser ejemplo claro de la ruptura que hizo sobre lo que habíamos conocido de Shakespeare, sin haber perdido su esencia o el recuerdo del drama que el dramaturgo propuso, más aún agregó ese dramatismo que la historia requiere en sus representaciones y que en ocasiones se pierde por seguir un patrón.
El lenguaje que se transmite a través de imágenes y de texto es el mismo, la creatividad que surge del cineasta y su equipo proporcionan además de una nueva visión de lo ya conocido, un nuevo valor a lo clásico.
Bibliografía
- Cook, William Wallace. Plotto: The Master Book of all Plots. Tin House Books, 2011.
EMC Publishing. «EMC Publishing.» s.f. Ed. Brenda Owens. EMC/Paradigm Publishing. 2014. <http://www.emcp.com/previews/AccessEditions/ACCESS%20EDITIONS/Othello.pdf>.
Seger, Linda. El arte de la adaptación. http://books.google.com.mx/books?hl=en&lr=&id=5e8Evhwi7bsC&oi=fnd&pg=PA9&dq=adaptaci%C3%B3n+teatral&ots=QQflkGFIB9&sig=DjhSOEnLXvi0HDmSFq-VSWWH3Gs#v=onepage&q=adaptaci%C3%B3n%20teatral&f=false. Madrid: RIALP, 2000.
- [1] En el ámbito de la psicología existen escritos que se apoyan en las obras de Shakespeare para el estudio del comportamiento humano. Uno de ellos es ‘Análisis del Otelo de Shakespeare desde el punto de vista comportamental’, de María Cecilia C. de Quiceno. También el “Dr. Kenneth Heaton del departamento de Medicina de la Universidad de Bristol afirma que Shakespeare, muestra la relación entre los trastornos psicológicos y los síntomas en el cuerpo”. <http://mexico.cnn.com/salud/2011/11/27/shakespeare-documento-en-sus-obras-muchos-ejemplos-de-somatizacion>
[2] Existen otras versiones cinematográficas de adaptaciones de ‘Otelo’, además de versiones musicales, en ópera; y representaciones teatrales en todo el mundo, además de adaptaciones a la televisión.
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