PALABRAS | Auxilio Lacouture, la voz ahogada en el ‘Amuleto’ de Roberto Bolaño.
- Karla Angélica López
- 22 oct 2015
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 30 ago 2019

Foto: Alcira Soust Scaffo (Auxilio, en la novela de Bolaño).
Transparente, Auxilio fluye. Su pensar se convierte en el nuestro, representa esos cambios, esas sombras, las ideas reprimidas al habla, la expresión inevitable, nos encariñamos con ella. El personaje principal y quien narra la obra ‘Amuleto’, nos es dado por su autor chileno Roberto Bolaño como un chip, la memoria de una vida, y en ella, otras. Los lectores avanzamos en el camino de la historia trepados en un carrito de un parque de diversiones, en que el que subir y bajar resulta, más que una diversión, una odisea en que aunque busquemos llegar a ese algo, a través de ella, no podemos, pues es ella quien actúa a través de nosotros los lectores, que terminamos por sólo actuar en la compasión ante la frustración de ser y no ser Auxilio, y de no poder ser auxilio mismo para ella.
Estos sentimientos grises en la Ciudad de México, junto con calles solitarias, bares deprimentes, días y noches de ir y venir, de desaparecer y aún siempre estar, se intercalan con la maravilla en que los relatos de Auxilio nos sumergen. El principal de ellos, que enmarca a otros relatos, es el de sus trece días de encierro en un baño de la Facultad de Filosofía y Letras, de la UNAM. Ese escondite durante los actos represivos que el gobierno mexicano encabezó en 1968, le permitió mantenerse a salvo de ser encarcelada, abusada o asesinada. De ella misma no pudo huir, estaba encarada a sus propios pensamientos, y reflexionando sobre los caminos recorridos nos presenta sus maneras de ser a través de esas situaciones en que participó. Auxilio sigue contando sus recuerdos aún después de lograr liberarse de su encierro en aquel baño cuyas marcas psicológicas vendrían luego a revivir el temor y la tristeza que sintió durante aquellos días.
La uruguaya, llegada a México por impulso –de acuerdo a como lo expresa- nos habla de los poetas españoles León Felipe y Pedro Garfias, figuras que admiraba tanto, que confesaba era un honor el limpiar su casa sin pago alguno, aunque en su manera particular de ser, Auxilio Lacoutour como con una risita nos confiesa que era feliz cuando los poetas insistían en recompensar su labor.
Auxilio fue un espíritu errante, de sinceridad inocente, su carácter la llevó a hacer trabajos diversos, muchos mal pagados e incluso otros tantos gratis. Era de naturaleza servicial y voluntaria, a pesar de que hubo días en que no tenía qué comer o dónde dormir. Gustaba de pasearse por los corredores del estilo de vida que las letras ofrecen en las noches de tertulias y copas y emociones, a otras tantas almas que buscan ser liberadas a través de su arte. Conocer a personajes como Remedios Varo, Augusto Monterroso, Lilian Serpas, Leonora Carrington, José Emilio Pacheco, entre muchos otros importantes representantes del arte a nivel mundial, hicieron de Auxilio un conglomerado de relatos de la vida misma; interesantísimo contenedor de percepciones que nos sirve de rendija a través de la cual los lectores podemos asomarnos y sentir esa dulce y exquisita cercanía con los grandes.
Ella conoció a todos los poetas de la Ciudad de México, así como a los que llegaban de fuera, y ellos, dándole a leer sus poemas, acudían por consejos. Uno de esos poetas, otro personaje importante en los recuerdos de esta mujer que se hace llamar “la madre de todos los poetas”, es Arturo Belano, quien aparece en otras obras de Bolaño. Arturo es un joven chileno que se hace amigo de Auxilio. Su complicidad y mutuo interés residen en una relación de la que brota la esencia de Auxilio, la de cuidado y protección. Parece como si el nombre Auxilio exclamara la misión de esta fuerte presencia: auxiliar al que tal vez no lo necesite –aunque puede que lo necesite-, pero por otra parte es como si también gritara en silencio por ayuda, por un refugio para su persona vagabunda. Y es que como a lo largo de la lectura se nos señala, Lacouture tuvo y no tuvo amigos, durmió en muchas casas y en calles, habitó otras vidas tan sólo de paso y esas vidas continuaron su propio paso. Ya que entre una u otra cosa sucedían, tal vez su misión fue la de ser testigo.
Auxilio, nombre con que eligió Roberto Bolaño encubrir a la persona en que basaría su libro y que conoció en la vida real, Alcira Soust Scaffo, poeta uruguaya, mujer preparada intelectualmente, con amplios conocimientos del francés, sin dientes, leyenda, como Auxilio. Ambas fundidas en un solo ser, cuya voz une al dolor mexicano por su llaga que no ha podido cerrar tras la masacre de 1968, con los sucesos retratados en el libro creado por Bolaño. Hechos y posibilidades entretejidos. La Historia encapsulada en Auxilio.
La leyenda de supervivencia de Auxilio se regó como lluvia por toda la ciudad, aunque de boca en boca la protagonista cambió de sexo, de oficio y también fue material útil para chistes. Mientras tanto, este suceso habría marcado la vida de Lacouture, tornándose obsesiva en su regreso constante en el tiempo. Presenció el terror que los militares llevaron a la Universidad; lo irracional, el sometimiento, la sangre: tres cosas que no encajan en un ambiente de libros. Auxilio lloró el evento, lo volvía a llorar, y una vez ocurrido, ella dice haberlo intuido. Adivina, madre de todos los poetas, sobreviviente, narradora, protagonista que ofrece y deja el papel principal al Movimiento Estudiantil de 1968. ¿Pasa de ser importante a no serlo tanto? No, pasa de ser testigo a ser mensaje.
Auxilio es vidente y recuerdo, testigo de Historia, visión del futuro solitario, nos lleva y nos acompaña, vamos con ella. Ella escucha los cantos de los jóvenes que fueron víctimas del horror, los ve como fantasmas, como sueños, los quiere detener, les quiere advertir de su terrible final. En el amuleto se concentra un cúmulo de sentimientos, de ideales, valor, lucha y sacrificios. El amuleto es ícono de un pasado que avisó nuestro presente y que seguirá pesando en los días que México verá venir. Auxilio nos obsequia en sus palabras ese amuleto.
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Instituto Mexicano Norteamericano de Relaciones Culturales
Nuevo León, México.
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